RESEÑA Neil Young & Crazy Horse @O2 Arena, Londres


Brutal el concierto de Neil Young & Crazy Horse ayer en North Greenwich. Pocas veces el sonido que sale de los amplificadores desgarra el alma desbordando nostalgia y sentimientos que no salen muy a menudo en un concierto de rock.

Después de un gran set de la legendaria banda Los Lobos como telonera, llegó el momento y se acabó la larga espera. Se apagan las luces y suena “A Day In The Life” de Los Beatles para avisarnos que el momento ha llegado. Neil Young aparece vestido de negro acompañado de la tremenda banda Crazy Horse, esa agrupación Californiana que trabaja intermitententemente con el Canadiense desde 1968 para crear piezas únicas, verdaderas joyas. Arrancan con 11 minutos de” Love And Only Love” para mostrarnos que no será un show convencional.

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La confianza, entendimiento, amistad de tantos años y comunicación entre Neil y los tres integrantes de Crazy Horse se nota desde el principio. A pesar de la amplitud del escenario, Neil Young y la agrupación se unen en el centro para protegerse y comunicarse entre ellos. Se ven, se sonrien, se sienten, están a centimentros de distancia, casi se rozan el uno al otro para perderse en las posibilidades creativas que estos cuatro hombres pueden desarrollar juntos. La técnica no importa cuando el espíritu sobresale. Parece que  estuvieran jammeando en un garage diminuto como en los viejos tiempos. Como primera lectura parece que la audiencia no les importa o que Neil peca de arrogante; pocas veces voltea hacia el público, se ahorra las palabras entre canciones pero para usarlas mágicamente en la música. Parece que no le importa la audiencia pero lo que realmente está haciendo es llevarnos a puntos introspectivos muy oscuros en lo que él hace lo mismo. No nos importa que te expandas 16 minutos en una canción o que no toques los “ grandes éxitos”. No nos importa que le rindas tributo a Dylan con tu gran cover de “Blowin In The Wind” y así,  sacrificar una canción de tu tan extensa carrera. Tu guitarra habla y cuenta la historia de lo que nos quieres transmitir y cuando decides cantar y agregarle unas palabras, tu voz y tu mensaje es una daga directa al corazón. Sólo sigue tocando y déjanos disfrutar porque sólo tú sabes sacarme lagrimas cuando interpretas música.

Neil Young tiene una carrera bastante prolífica y llena de hits como para basar su concierto en la obra que él sabe, gustará más al público; pero al contrario, pocos hits distribuidos a lo largo de todo el concierto y grandes joyas con mucho corazón, talento y honestidad. Dos horas y media espectaculares que decepcionaron únicamente a los sordos. Eso es lo que pueden hacer artistas de la talla de Neil Young, Bob Dylan o Tom Waits. Salir al escenario a tocar lo que ellos quieren tocar sin escudarse en glorias pasadas, sin esperar aplausos para después de recitar el setlist, tener al público de pie y con lágrimas entre algunos de los presentes. Eso es lo que hace un gran artista.

A Neil Young no le interesa mucho la parte técnica, lo ha dicho en varias ocasiones. Su forma de grabar discos y de interpretarlos  se basa en evitar la repetición, ensayos y práctica exhaustiva. En sus palabras, si se hace esto, se gana técnica pero se pierde el alma y esencia de lo se quiere comunicar. Se pierde el feeling para convertirse en un show o disco sin alma. Ayer  nos mostró porque es importante la imperfección en la música.  En sus solos y jammeo junto con Crazy Horse, nos está contando una gran historia donde las palabras y su voz sirven de puente para llevarnos al climax con dos guitarras,un bajo y una batería. Su forma de plasmar arte es, además de genialidad, puro corazón.

No encuentro a otro músico como Neil Young con una voz tan desgarradora, tan triste y oscura en el fondo pero tan llena de esperanza y honestidad en la superficie. Los que no han escuchado a Neil Young pensarán que estoy exagerando pero sólo es cuestión de escuchar canciones como  “Like a Hurricane”,  “Ramada Inn”, “Cortez The Killer”, “From Hank to Hendrix”, “Are You Passionate?” o “Here For You” para entender lo que éste genio transmite con su voz y con su guitarra. Si no sientes nada después de escuchar esas canciones, felicidades, estás muerto por dentro.

Dos canciones inéditas, tres de su nuevo álbum, un cover de Dylan, una de Buffalo Springfield, clásicos como “Like a Hurricane”, “Cinnamon Girl”, “Powderfinger”, “My My, Hey Hey” o “Everybody Knows This Is Nowhere” y otras grandes canciones que nos hicieron olvidarnos de las ausentes.

Brutal el concierto de Neil Young & Crazy Horse ayer en North Greenwich.

Setlist

  1. (inédita)
  2. (inédita)

Encore

Texto ADLG

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