Saâda Bonaire – Saâda Bonaire
Reseña publicada para Indie Rocks! el 27/11/2013
Art-pop alemán rescatado del basurero
La historia de Saâda Bonaire, proyecto alemán encabezado por el DJ Ralph “Von” Richtoven, quien se hace acompañar por Stephanie Lange y Claudia Hossfeld en la voz, es por demás oscura. Esta fatídica entrega, que ve la luz en su totalidad después de 30 años, nos remonta a principio de los años 80′s a una Alemania muy diferente a la que conocemos ahora: separada por un muro y con diferencias culturales y socio-políticas brutales.
En ese entonces, Ralph “Von” Richtoven trabajaba para el departamento de migración del gobierno en Alemania Occidental, responsable de administrar algunos clubs de inmigrantes (especialmente turcos) en Bremen. Esta experiencia lo llevó a empaparse de música africana y del medio oriente que sumados al pop electrónico alemán, dieron forma a Saâda Bonaire.
En 1982, Saâda Bonaire publicó “You Could Be More As You Are”, sencillo que hasta el momento conserva un estado de culto. El futuro era prometedor, pero después de que EMI decidió invertir todos sus recursos en Tina Turner, Saâda Bonaire quedó en el olvido total, siendo desechado para quedar como otro claro ejemplo de proyectos que terminan por razones ajenas a la de sus protagonistas.
Después de más de 30 años, el sello discográfico Captured Labels se encargó de rescatar la música que se encontraba abandonada en el sótano de Richtoven; dando como resultado un recorrido por el buen pop electrónico teutón que nos remonta a la cuadratura y perfección sonora del krautrock pero con una fusión de dub, funk y texturas orientales y africanas orquestadas por la impúdica spoken word de Stephanie Lange y Claudia Hossfeld.
Más allá de la genialidad de “You Could Be More As You Are” e “Invitation” (su lado b original), y evadiendo la aburridísima “You Touch”, el redescubrimiento de Saâda Bonaire ofrece grandes temas para los que gustan de la vieja escuela del art-pop alemán: el funk en “Little Sister” y “More Women”, la ochenterísima “I Am So Curious”, la sombría “Second Face”, “Heart Over Head”, que podría ser la canción que Soft Cell nunca grabó; “The Facts”, con un beat que nos remonta a Nitzer Ebb; y “Give Me A Call” como sus homenajes más claros a la música oriental, así como “Joanna”, con una línea de bajo arraigada en el blues pero con reverberaciones dignas de Suicide.
Saâda Bonaire nos da un golpe de nostalgia pero con la desfachatez de añadir elementos orientales poco convencionales que brindan una brisa de renovación a un género que peca de perfeccionista y cuadrado. La historia de Ralph “Von” Richtoven y compañía es uno de los grandes relatos en la música que tomó más de 30 años para tener una valoración justa y que enriquece la inmaculada biografía del art-pop alemán.