El dúo Londinense de rock n´roll, garage y psicodelia, Saint Agnes – formado el año pasado – no es simplemente otra banda irrelevante de la infinita escena musical en el Reino Unido. Como si fueran traídos del drenaje inmundo de la capital británica para brindar homenaje a la cara más sucia de Estados Unidos, Saint Agnes se ve bien, suena mejor y ofrece un renacimiento del rock n’rol más desaseado.
“Ennio Morricone´s rock n´roll” es como se describen a sí mismos y esto podría no ser una desfachatez si se piensa en una mezcla de las bandas sonoras de spaghetti westerns, así como el estereotipo del western desértico pero empalmado en un acento británico y mezclado con esta obsesión por los pasajes de pachequez Americana y psicodelia. Sí a eso le añadimos guitarras distorsionadas, líneas hipnóticas de bajo, una batería primitiva pero con autoridad y teclados con un dejo funerario y garagero obtendremos un aproximado de a que suena Saint Agnes.
Más allá de su aclamado EP de 2013, The Good Fight, ayer en el Jubilee Club de Camden, demostraron que en vivo, suenan mucho mejor.
Saint Agnes brindó un set corto pero potente. Acompañados por batería y bajo; la voz, los solos agresivos de guitarra de Jon Tufnell mezclados con la sexy pero no menos talentosa Kitty Austen en voz, guitarra y teclados con líneas de órgano que nos remontan a The Doors y el garage sesentero.
Canciones como “The Tower Falls”, la Tarantinesca “The Good Fight”, el surf en “Drown Me In A River”, la pachequez de su cover a The Doors con “Roundhouse Blues” y un cuasi himno en “Old Bonne Rattle” demuestran que bandas como The Kills, Black Lips, Dirty Beaches y Black Rebel Motorcycle Club tendrán un nuevo aliado para rescatar los sonidos más sucios de rock n’roll.
Saint Agnes merece más atención y ellos aún nos deben un debut de larga duración.
Alejandro-
